Susan Sontag nos habla sobre dos cosas, que en lo particular para mí, fueron muy importantes, y se han vuelto parte de mi ir y venir a la hora de tomar fotos y de analizar y observar las de otras personas.
La primera es “el momento decisivo” que un fotógrafo elige al hacer la foto.
Creo que la hora de ver la foto, imaginas cómo se desarrolló la escena en la que ésta se tomó. Y te comienzas a sugerir otras varias posibles escenas, acciones, etc. Que pudieron haber intervenido en la foto, y cuál de todas éstas, resultó ser la más adecuada para el fotógrafo, para así mostrar lo que él quería mostrar, y para que así su foto cobrara fuerza.
Me lo imagino como en la película “Leon, The Professional” cuando Leon le enseña a Mathilda a apuntar y a disparar. Le dice que no pierda de vista su objetivo, que trate de adivinar su siguiente movimiento, para de ahí respirar y disparar. Y es que la fotografía es así, y Sontag lo sugiere de la misma manera, la cámara es un arma.
“Conferir importancia” es el otro tema que se ha quedado en mi mente desde que leí el libro, y que está siempre presente cada que veo una foto. Qué estoy viendo y por qué se lo quiero mostrar al mundo, o por qué me quiero apropiar de ello.
Siento que ahora al ver las fotos, observo lo que fue capturado, y me pongo a pensar en por qué la persona que tomó la foto, decidió conferirle importancia a ello, y también, cómo ha sido fotografiado. Y así empiezo a estudiar la foto, qué veo, qué me hace sentir, qué imagino con ello, porque al fin y al cabo, la foto es un pedazo de historia, del espacio, que hemos decidido dejar ahí congelado.
Todos podemos tomar fotos, todos vemos y nuestra tención es captada por un millón de cosas. Pero qué lo hace diferente. Así a como Diane Arbus, con sus fotos, quería mostrar que habían muchísimos mundos y que todos ellos se encontraban en este mismo planeta, ¿qué mundo queremos retratar cada uno de nosotros? Y qué es lo que nos llama a ese mundo.
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